miércoles, 28 de julio de 2010

Perdiendo la novia y el orgullo

Todo empezó en una discoteca situada en uno de los polígonos industriales existentes en mi ciudad. Gloria (mi novia) y yo, disfrutábamos de una noche en pareja. Hoy celebrábamos nuestro segundo aniversario de noviazgo y la noche había sido perfecta.

Al volver de una de mis visitas al baño, descubrí a una chica bailando cerca de mi novia. Pude comprobar el deseo en sus ojos al mirar las piernas de Gloria. Aquella mujer agarró a mi novia de la cintura y la apretó contra su cuerpo mientras bailaban. Aceleré mi paso para evitar algo peor y al llegar junto a Gloria la rodee con mis brazos y la acerqué a mi para que la intrusa entendiera que aquella mujer ya tenía pareja.

Continué bailando con Gloria pero Verónica continuaba junto a nosotros y aprovechaba cualquier situación para rozarse con mi novia. -Me está tocando el culo- me susurró incómoda. Nos movimos a la otra punta de la sala, aquello me estaba haciendo enfadar.
A los pocos minutos la lesbiana estaba de nuevo contoneándose junto a mi pareja. Tenía un cuerpo de constitución fuerte y algo musculada. No era más alta que yo pero quizá si un poco más pesada. Empujé a la chica y la increpé por estar molestándonos. Ella me devolvió el empujón y me caí al suelo. Una sonrisa se dibujó en sus labios al verme en el suelo. Mi novia me miraba sorprendida y yo me sentía humillado.
Rabioso me tiré sobre ella y ambos acabamos rodando por el suelo mientras oía los gritos de mi novia.
Seguridad apareció rápido y nos sacaron de la discoteca por la puerta de servicio. Dicha puerta daba a un callejón oscuro y los 3 acabamos sólos allí.

Amenacé a Verónica que si no quería acabar mal mejor nos dejara en paz. Ella respondió empujándome otra vez. Al rato estábamos intercambiando golpes de nuevo, y el miedo se apoderó de mí al comprobar que yo estaba perdiendo, ella sabía pelear, tenía técnica, fuerza y velocidad.

Mis golpes no la afectaban, su cuerpo estaba protegido por una capa de dura musculatura que mis puños no podían atravesar. No tenía nada que hacer contra aquel cuerpo más fuerte y ágil que el mio.

Gloria miraba la escena aterrada mientras yo recibía una paliza. Mi cuerpo estaba tirado contra la pared y la lesbiana lo pateaba con furia.
-No puedes hacer nada contra mi- me indicó Verónica mientras continuaba aplastando mi cuerpo bajo sus botas.
-Eres demasiado débil y no tienes idea de pelear... patético- escupió mientras continuaba pateando mi dolorido cuerpo.

Me obligó a levantarme agarrándome del pelo y continuó golpeándome delante de mi novia. Gloria suplicaba que dejara de golpearme y yo intentaba protegerme y devolverle los golpes, pero era inútil, aquella lesbiana musculada estaba en otro nivel y yo sucumbía bajo su potencia física y sus golpes demoledores.

-¡¡BASTA, DÉJALO!!- gritaba Gloria -POR FAVOR, PARA!-

Verónica disfrutaba golpeando mi cuerpo frente a los aterrados ojos de Gloria, sus erguidos pezones eran visibles a traves de su ropa y la sonrisa dibujada en su cara demostraba placer. Yo sangraba y me tambaleaba bajo sus puñetazos. Caí al suelo y aplastó mi cabeza bajo su bota en una clara postura de superioridad total.

-No puedes detenerme, comprueba mi poder- tras esto, La lesbiana flexionó sus bíceps y los músculos de su torso respondieron creciendo y endureciéndose. Alí estaba yo, humillado bajo su bota mientras ella mostraba su potencia física y superioridad a mi asustada novia.

Gloria continuaba llorando y suplicando que me dejara en paz. -Por favor, libéralo- agregó entre sollozos.

-Ven, acaricia mis músculos y dejaré de golopearlo- respondió Verónica ante las súplicas de mi novia.

Yo continuaba aplastado bajo su bota mientras las manos de Gloria recorrían la piel de mi agresora.

-¿Tu novio nunca ha tenido unos músculos tan definidos eh?-

Gloria continuaba acatando las órdenes de la lesbiana mientras yo, humillado y dolorido, continuaba impotente bajo la bota de aquella mujer. Al poco rato, pude ver a mi novia de rodillas entre las piernas de Verónica, acariciándola y besándola entre las piernas.

-¡Oh si nena!- agregó al apretar la cabeza de mi mujer entre sus piernas y frotarse con su cara.

Aliviado sentí como la lesbiana me liberaba de su presión y ordenaba a mi novia a quitarle los shorts. El dolor que sentía me impidió levantarme del suelo y continúe mirando embobado como mi novia acataba las órdenes y le bajaba los shorts, liberando su ardiente órgano sexual.

Desnuda de cintura para abajo (excepto por sus botas), la lesbiana volvió a aplastar mi cara bajo su bota e inmovilizarme bajo su cuerpo mientras empujaba la cabeza de mi novia directamente contra su coño y se frotaba con fuerza contra ella, lanzando gemidos de placer.

Yo no podía hacer nada para evitarlo, me encontraba inmóvil bajo la presión de Verónica y estaba asustado tras la demostración de fuerza que había sentido en mis propias carnes.

Frotó con fuerza la cara de mi novia entre sus piernas hasta que unos gemidos de placer escaparon de su boca y se corría salvajemente sobre mi novia. Al finalizar, empujó el cuerpo de Gloria y le ordenó que se desnudara.

Gloria estaba llorando en el suelo, y no podía creer lo que estaba ocurriendo (al igual que yo).

-He dicho que te desnudes- repitió la lesbiana con un tono encendido.

Gloria continuaba llorando en el suelo, repitiendo una y otra vez que nos dejara en paz, incapaz de acatar las órdenes de la poderosa mujer, humillada como nunca antes en su vida. Se sentía violada.

-Bien, pues continuaré disfrutando con tu novio- agregó a la vez que me agarraba del pelo y me obligaba a levantarme. Me rodeó con sus fornidos brazos a la altura del torso (inmovilizando mis brazos en los costados) y aplicó presión, tensando todo su cuerpo en un abrazo del oso.

Noté como mis costillas crujían bajo su fuerza y como el oxígeno escapaba de mis pulmones mientras ella continuaba aumentando la presión alrededor de su abrazo mortal. Nunca antes había sentido tanto dolor y terror. Me notaba indefenso en sus manos, incapaz de respirar, incapaz de defenderme. Grité y patalee con todas mis fuerzas mientras Verónica me miraba con una sonrisa cruel y depravada dibujada en su rostro.

-Desnúdate o acabo con él- agregó rabiosa mientras mis costillas continuaban crujiendo entre sus músculos.

Gloria miraba la escena sorprendida ante la demostración de fuerza, incapaz de reaccionar, contiuaba llorando en el suelo tras la humillación recibida. Verónica aumentó su presión y mis costillas volvieron a crujir mientras mi cara se volvía azul a causa de la falta de oxígeno. Noté como (al menos) una de mis costillas se rompía bajo la presión. Las vertebras de mi espalda empezaban también a crujir peligrosamente.

-No creo que duré más de 10 segundos, ese es el tiempo que tienes para desnudarte ante mi- agregó rabiosa mientras aumentaba la presión.

Miré a aquella mujer con los ojos llenos de lágrimas, notaba como mi vida se escapaba mientras aquellos brazos se cerraban milímetro a milímetro alrededor de mi cuerpo. Intenté transmitir perdón y sumisión con la mirada, le supliqué compasión pero parecía tener el efecto contrario. Sonrió cruelmente mientras me aplastaba contra su cuerpo, Verónica disfrutaba percibiendo mi miedo, aquello aumentaba su excitación.

Gloria se levantó entre sollozos. -Para, libéralo y me desnudo- agregó entre lágrimas. -No le hagas más daño-

Verónica me liberó, no sin aplicar antes una última compresión de sus músculos sobre mi castigado cuerpo, generando un tremendo dolor.

Gloria se desnudo completamente y Verónica disfrutó manoseando su cuerpo y chupando sus pechos. Mi novia estaba siendo violada frente a mis ojos y yo era incapaz de detener aquello. Me sentí mpotente e inútil y creo que Gloria tuvo la misma impresión de mi al percibir su mirada de súplica ante lo que le estaba sucediendo.

Mi novia grritaba mientras los dedos de Verónica se introducían en su órgano sexual, preparando el terreno ante lo que iba a venir. La estimulación fue perfecta y Gloria se corrió de placer en las manos de la agresiva lesbiana.

Me sorprendí al ver como Verónica se colocaba un dildo strap-on (polla de goma) enorme, mínimo 25 centímetros de duro plástico. Los ojos de Gloria se abrieron como platos pero no pudo hacer nada para evitar ser penetrada con fuerza.

Verónica clavó sus ojos en mi mientras perforaba agresivamente a mi novia y el terror inundó mi cuerpo al sentirme tan indefenso y débil.

Ante mi sorpresa, Gloria parecía disfrutar ya que sus orgasmos eran espectaculares y Verónica disfrutaba penetrándola de mil maneras distintas. La penetró por delante y por detrás, por arriba y por abajo durante muchísimo tiempo.

-¿Te gusta eh zorra?-

Verónica estaba hundiendo con fuerza su dildo entre las piernas de mi novia, mientras ella gritaba y se retorcía entre orgasmos de placer.

-Soy más grande que él, más fuerte que él, más poderosa que él, más bella que él y genero más placer que él... soy superior a él... ¿seguro que quieres quedarte con él?- preguntó Verónica a Gloria mientras los orgasmos se sucedían.

-¡Sigue sigue, no pares... ohhh!- los gritos de placer de mi novia retumbaban en mi cabeza.

Yo nunca había conseguido tal excitación. Gloria se retorcía de placer bajo la influencia de aquella mujer. Verónica me miraba profundamente mientas hundía aquel dildo y conseguía increíbles orgasmos.

-Seguro que nunca antes habías visto a Gloria disfrutar tanto- me dijo la muy zorra mientras continuaba follándose a mi novia.

Lentamente, la lesbiana retiró la polla del coño de mi novia y se incorporó. Gloria se quedó tirada en el suelo, con los ojos cerrados y disfrutando de contínuas olas de placer.

-Límpiame la polla- me ordenó con las manos en las caderas y las piernas ligeramente separadas en una postura de superioridad. Su piel brillaba a causa del sudor y sus músculos parecían mayores tras el esfuerzo realizado. Era una imagen intimidante y, asustado, gateé hasta ella y acaté sus órdenes, chupando y limpiando aquel pollón de plástico.

-Mira lo patético que es tu novio. No te merece-

Gloria abrió los ojos, todavía entre orgasmos, y miró la escena. Delante suyo estaba la mujer más increible que jamás había conocido y su novio, arrodillado frente a la musculada lesbiana limpiando su falo.

No pude soportar más la humillación y junté la valentía suficiente para encararme contra Verónica y darle su merecido. Me levanté con rapidez y me tiré sobre Verónica. Quería destrozarla.

En pocos segundos ya había perdido y la lesbiana estaba golpeando mi cuerpo con furia. Me lanzaba contra la pared y pateaba mi cuerpo. Me bajó los pantalones y arrancó mi ropa interior. Antes de poder evitarlo, estaba violándome con el el dildo de plástico ante los ojos de mi novia.

Lloré como un niño y supliqué que me dejara, pero sólo conseguía alimentar su excitación y agresividad. Noté como me agarraba la polla con una de sus manos y me pajeaba mientras me daba por culo. Al rato gemía de placer y me corría bajo su manipulación.

Se separó de mi y me aplastó contra el suelo, pisando mi cabeza con una de sus botas y mostrando orgullosa sus músculos.

Gloria se levantó y decidida se acercó a la lesbiana, acarició su cuerpo y besó su piel. -Me voy contigo- le dijo a la lesbiana antes de que las dos desaparecieran de mi vida.

FIN.

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