miércoles, 20 de mayo de 2009

La Arena

Los amigos son importantes, eso es así. Cuando tu pareja te deja, tu familia te ignora y el trabajo te deprime, allí están siempre los amigos para ayudar y levantar el ánimo, y allí estaba Gloria, apoyándome en los malos momentos. La conocía desde hacía muchos años, fuimos juntas al instituto, salíamos los fines de semana, nos apoyábamos en los malos momentos, como este. Gloria era mi mejor amiga y ahora necesitaba a mis amigos.

La causa de mi depresión tenía nombre, Martín. Él era mi novio, o lo había sido. Ahora era parte de mi pasado. Hacía pocos días que descubrí su infidelidad, justamente fue Gloria quién me aviso y me hizo abrir los ojos. Mi corazón estaba destrozado y el único sentimiento que afloraba de mi ser era un odio profundo, le odiaba a él y a todos los hombres.

-¡Venga mujer, anima esa cara!- me dijo Gloria mientras paseábamos por la calle.

-¿Sabes? Hoy tengo una sorpresa para tí. Te llevaré a ver un espectáculo que te gustará.- Agregó con energía.

-No tengo ganas- respondí triste -No quiero ver ningún espectáculo ni tengo ganas de hacer muchas cosas Gloria, gracias por tu ayuda y tu apoyo pero, prefiero ir a casa y descansar un poco...-

-No no no- cortó Gloria antes de que pudiera acabar mi frase. Hoy te llevaré a un sitio muy especial y no aceptaré un no como respuesta. Si no vienes conmigo me enfadaré Eva.- La última parte me la dijo seria y contundente, sus ojos se clavaban profundamente en mi mientras esperaba mi respuesta.

-Vale vale, no te enfades Gloria, iremos dónde quieras, sólo que ya sabes, no tengo ganas y...-

-Te gustará, al menos eso creo. No es sólo un espectáculo, es un regalo especial para tí. Lo has pasado muy mal y ahora te mereces algo mejor. No puedes decirme que no, además: ya hemos llegado-

Miré alrededor, nos encontrábamos en el puerto, rodeadas de naves industriales y soledad. -¿Aquí? ¿Seguro?- pregunté extrañada.

-Si, seguro- agregó mientras se dirigía a una de las naves y golpeaba la puerta usando, lo que parecía, una especie de código. 

Aquel era un sitio oscuro, inhóspito y solitario. La brisa hizo aullar al viento, las ojas de los árboles temblaron y las sombras se retorcieron en el suelo aumentando la oscuridad de aquel sitio. La piel se me puso de gallina y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

-Tranquila Eva- Me dijo Goria -No has de tener miedo, no te pasará nada. Además, te gustará-

Un chirriar metálico rasgó la noche cuando la puerta de la nave empezó a abrirse lentamente, Gloria me cogió de la mano y ambas atravesamos aquellas puertas grandes y pesadas en dirección a la oscura nave.

Mis ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse a la nueva iluminación, en la entrada había una especie de recepción, Gloria se sacó la chaqueta y me indicó de hacer lo mismo, tras la mesa había una chica alta, de piel blanca, repleta de tatuajes, de pelo negro y corto. Su cara estaba llena de piercings y un maquillaje negro, gótico y, a mi parecer, tenebroso, cubría sus ojos.
 
-¿Dos?- preguntó seria. -Así es- respondió Gloria. -Quiero los mejores sitios- agregó mientras deslizaba un par de billetes de 50 sobre la mesa. La chica gótica cogió el dinero y salió de recepción. -Seguidme- agregó mientras abría unas cortinas y se introducía en un pasillo estrecho.

-Vamos- agregó Gloria. Pude notar su excitación e impaciencia. No se que sitio era aquel, pero Gloria si lo sabía y por su expresión era un sitio que le gustaba mucho, era extraño ver a Gloria tan excitada y decidida. Ambas seguimos a la recepcionista por el pasillo. Gloria me cogía de la mano, lo que me tranquilizaba.

-¿Que sitio es este?- pregunté en voz baja -Me da miedo- agregué mientras nos acercábamos al final del pasillo. -Tranquila- respondió Gloria -No te pasará nada, nadie te hará nada- Tras decir estas palabras Gloria me besó en la mano. Esa acción me sorprendió y a la vez me relajó y tranquilizó. -Venga, vamos- agregué tras mostrarle una amplia sonrisa.

La chica gótica abrió la puerta del final del pasillo y nos invitó a entrar. Era una sala enorme, y en medio había un Ring, nunca había visto uno al natural y parecía más pequeño que en la tele. También había mesas rodeando el Ring, una chica se nos acercó, era una mujer de raza negra, iba subida en unas plataformas de cuero, unas medias de rejilla cubrían sus musculadas piernas, el resto de la "ropa" era de látex. Nos guió hasta una de las mesas libres, ubicada junto al Ring.

Gloria pidió whisky con hielo, yo preferí tomar algo más ligero. En la sala había más mesas y más gente sentada en ellas, una rápida mirada a mi alrededor fue suficiente para confirmar que todo eran mujeres. En aquella sala sólo había mujeres que bebían y gritaban excitadas pidiendo que empezara el espectáculo.

-Creo que este local es de lesbianas- le susurré a Gloria. Ella me miró, sonrió y lo afirmó. -¿Te molesta acaso?- me preguntó -¿tienes algo en contra de las lesbianas?-. Su mirada profunda se clavó en mi. Justo en ese momento se iluminó una idea en mi mente. Como podía estar tan ciega. Gloria era lesbiana, tanto tiempo junto a ella y hasta ahora no me había dado cuenta de algo tan obvió. Ella nunca ha salido con chicos y nunca ha hablado bien de ellos.

-Perdóname- agregué colorada mientras intentaba esconderme vergonzosa. -No pasa nada- respondió -pensaba que ya lo sabías- dijo mientras se encendía un cigarrillo. La situación se estaba acalorando y me sentía incómoda. ¿Quizá le gustaba yo a Gloria? ¿Era su amor platónico?...

-Tranquila mi amiga- dijo entre sonrisas al ver mi preocupación -Hemos venido aquí a divertirnos ¿recuerdas? Soy Gloria, tu mejor amiga, ¡no pasa nada! vamos a pasar una magnífica velada y disfrutarás del espectáculo-. Tras decir esto me revolvió el pelo con una de sus manos. -Brindemos- agregué sonriente. -Por nosotras- dijo Gloria. -Por nosotras- repetí mientras nuestras copas se golpeaban.

Las luces de la sala se apagaron y las del Ring se encendieron justo cuando nuestras tomaron contacto con los labios. El griterío en la sala aumentó, las mujeres de la sala (incluida Gloria) se levantaron excitadas gritando y jaleando, reclamando pelea. Mi corazón palpitaba rápidamente, el ruido, los focos, el humo, el aroma, aquellas mujeres de mirada ardiente y cuerpos de escándalo.

El griterío aumentó cuando apareció una chica en medio del Ring, al igual que el resto de las "trabajadoras" del local, vestía de cuero y látex, su maquillaje oscuro y sus extremidades definidas y potentes.

La mujer miró a la sala y se acercó el micrófono a la boca -¡¡Empieza el 78º torneo de resistencia en la Arena!!- gritó con energía. La música aumentó y con ello el griterío en la sala. - Hoy tenemos excelentes ejemplares que probarán su fuerza y resistencia contra una de nuestras amazonas, recordamos a las damas que está prohibido subir o lanzar objetos al Ring.- Tras esto la mujer hizo una pausa mientras miraba al público, dando a entender que era un dato importante.

-Bien- continuó -Las reglas son sencillas, el aspirante debe aguantar como mínimo 15 minutos consciente en el Ring, si lo logra será premiado con 25.000 €uros. En caso contrario, será la amazona quién decida su destino. Sólo hay dos normas, prohibido morder y prohibido arañar-.

El griterío y la excitación en la sala aumentaban, las mujeres golpeaban las mesas y exigían que empezara el torneo.  La presentadora continuó hablando.

-¡El primer aspirante!- gritó con fuerza mientras señalaba una puerta, la puerta se abrió a la vez que unos potentes focos iluminaban la figura que emergía de ella. Un hombre, totalmente desnudo, apareció y subió al ring mientras saltaba y lanzaba puñetazos al aire.

- En la esquina izquierda... ¡Marco, de origen italiano, 1.75 metros y 82 Kilos de peso!- La sala se llenó de pitidos e insultos hacia aquel hombre que mostraba orgulloso sus músculos al público. El griterio aumentó cuando empezó a lanzar besos al público y a tocarse mientras señalaba a las mujeres con gestos humillantes.

Cuando el hombre se detuvo en su esquina y el griterío disminuyó, la presentadora continuó: -y a la derecha,  ¡1.98 metros de poder. 153 kilos de puro músculo... ¡¡Bárbara!!-. Los focos se encendieron de nuevo, iluminando otra puerta por la que apareció la mujer más grande y fuerte que jamás había visto. La sala ardía de excitación. Las mujeres gritaban y jaleaban el nombre de Bárbara mientras ella se subía al Ring y mostraba su increíble y desnudo cuerpo al público.

Marco, el aspirante ya no saltaba ni mostraba sus músculos. Su cuerpo estaba congelado de terror mientras sus ojos, abiertos de par en par, miraban a aquella increíble amazona. Pude notar como sus rodillas temblaban y su boca se abría mientras Bárbara flexionaba sus brazos, mostrando unos músculos titánicos e increíbles. Yo no sabía que una mujer pudiera ser tan grande y tan fuerte. El hombretón parecía un niño pequeño e indefenso al lado de Bárbara. Esa mujer era tan increíble que de repente tuve la necesidad de tener sexo con ella, me imaginé en sus manos mientras ella me llevaba al clímax.

El "Dong" de la campana marcó el inicio del torneo y sacó al aspirante (y a mi) de su estado de perplejidad. Marco, rápidamente dió la vuelta e intentó escapar del Ring. Las mujeres de la sala lo insultaron e increparon al ver su patético, e inútil intento de fuga. Antes de poder saltar, Bárbara lo había cogido y lo arrastraba hacia el centro del Ring mientras él chillaba y lloraba presa del pánico y del terror que aquella gigantesca mujer producía.

-Pelea gusano- le dijo Bárbara al asustado macho mientras pateaba su cuerpo por el Ring. Marco obtuvo el valor suficiente para ponerse en pié y plantar cara a Bárbara, ella lo miraba desafiante desde el centro del Ring con las piernas separadas y los brazos en jarras. Sus pechos eran enormes, más grandes que una cabeza, todo en ella era grande, inmenso.

Marco empezó a golpear aquella montaña de músculos que tenía frente a él, puñetazos, codazos, patadas, rodillazos... potentes series de demoledores golpes que se estrellaban ineficaces contra la mulata piel de aquella gigante. Bárbara sonreía mientras miraba a aquel hombrecillo que le lanzaba inútiles golpes en la barriga, costillas y pecho. Después de un par de minutos, Marco jadeaba cansado y sudando, sus brazos colgaban a su lado agotados, sus doloridas manos sangraban por las heridas abiertas que se había echo al golpear aquella pared llamada Bárbara.

-¿Ya has acabado?- preguntó en tono irónico la amazona -Que poco duran los hombres ¿no creeis?- la pregunta la lanzó al público, las mujeres gritaban y reían -Los hombres no duran- -No sirven para nada- - Son patéticos- Los gritos venían de una mesa y luego otra. De repente me vi de pié, gritando y escupiendo insultos -Acaba con él- gritó una -Arráncale los brazos- gritó otra mesa -¡Oblígale a comerte el coño!- gritó otra mujer, esta vez era Gloria quién gritaba excitada.

-Ahora me toca a mi- afirmó ella. Marco tembló de miedo al oirlo pero no tuvo tiempo a reaccionar. La mujer se lanzó sobre él y empezó a lanzar demoledores puñetazos y patadas que hacían blanco en el cuerpo del aspirante. A los pocos segundos, estaba acorralado en una de las esquinas mientras la amazona lo machacaba. Marco se protegía la cabeza con los brazos pero era inútil. La superioridad física de Bárbara era tremenda. Los puños de la mujer atravesaban fácilmente las defensas que él intentaba levantar.

Poco después, Marco estaba tendido en el suelo, los puñetazos lo habían ido doblegando cada vez más hasta caer redondo al suelo, casi inconsciente. Ella aprovechó la situación para pisotearlo. -Levanta gusano- repetía una y otra vez mientras su talón se hundía en las carnes del luchador.

Marco se arrodilló y juntó sus manos suplicando clemencia a aquella amazona. Ella lo miró con aire de superioridad y se rió a carcajadas. -Mírame bien porqué te enviaré directo al hospital- le susurró lentamente, -quizá ahora no me crees pero, te voy a destrozar con estas manos.- Marco temblaba y explotó en llantos mientras se arrastraba intentando escapar de aquel lugar. Las mujeres gritaban más excitadas -Si si, destrózalo- dijo una -Acaba con él- -Aplástalo...-.

Marco intentó escapar, pero antes de que se arrastrara fuera del Ring, lo cogió del cuello con una de sus manos. Marco notó como los dedos de la mujer se hundían en su carne, atravesando su piel y se cerraban con fuerza alrededor de su garganta, impidiendo el paso del aire. La otra mano se cerró alrededor de su sexo, aplastando sus pelotas y haciéndolo chillar de dolor. 

Me impresionó la facilidad con la que Bárbara levantó el cuerpo de aquel hombre sobre su cabeza, con una mano en su garganta y la otra entre sus piernas, andando por el Ring, mostrando a aquel hombre como si fuera un trofeo mientras él se retorcía de dolor incapaz de liberarse de aquella mujer claramente superior.

Gloria se acercó y me habló -¿Te imaginas tener ese poder?- Por un momento lo imaginé y me gustó la idea, es más, me excitó. -Imagina que fueras ella y que ese patético hombre fuera Martín. ¿Qué le harías?- La idea me enloqueció, ojalá ese hombre fuera Martín y yo esa increíble amazona -lo destrozaría, primero lo humillaría, luego le pulverizaría uno a uno sus huesos, le arrancaría las extremidades y se las metería por el culo.- Diós, sólo con pensarlo me estaba excitando, mis pezones luchaban por desgarrar mi blusa y mis bragas estaban húmedas, no, mojadas. Muy mojadas.

-¿Disfrutas?- me preguntó Gloria -Si, estoy disfrutando mucho, no imaginaba que me pudiera gustar tanto.- Gloria me sonrió -Pues esto es sólo el principio-. Las mujeres gritaban mientras Bárbara colocaba el cuerpo del italiano sobre sus hombros, apoyando la espalda del hombre en su nuca. Se podía oír claramente como crujían los huesos cuando los músculos de Bárbara se tensaron y empezaron a aplastar y retorcer el cuerpo del aspirante. Bárbara también gozaba y su excitación era visible en sus pezones, duros y erguidos como pequeñas pollas.

Toda la sala gritaba y saltaba excitada, exigiendo dolor, sangre y muerte. Aquella sala estaba repleta de odio hacia el sexo masculino, podía olerse, incluso tocarse. Los gritos aumentaron cuando la nuca del chaval se tocó con su trasero. Bárbara había retorcido a ese hombre hasta el límite, y él seguía consciente mientras la amazona le retorcía su cuerpo cruelmente. 

Volvió a levantar el cuerpo de Marco sobre su cabeza, mientras andaba por el Ring, mostrando orgullosa al público su supremacía frente al patético luchador. Bárbara lo lanzó al suelo como un saco de patatas, el cuerpo del macho rebotó y acabó boca arriba en el suelo del Ring, entonces, ella se dejó caer sobre la barriga del hombre, aplastándolo con sus 153 kilos de peso, luego rodeó su tronco con sus musculosas piernas, inmovilizando los brazos de Marco a sus costados y apretó.

De nuevo pudo oírse el crujir de los huesos, Marco gritó sólo una vez, luego el aire abandonó sus pulmones que no pudieron volver a llenarse de oxígeno, ya que las piernas de la amazona se estrechaban alrededor del hombre, constriñendo y colapsando la parte superior de su cuerpo. Los ojos de Marco se abrieron de par en par, aterrorizados mientras Bárbara gozaba y disfrutaba humillando, golpeando y aplastando a aquel hombrecillo patético.

Los huesos seguían crujiendo mientras las piernas se iban cerrando alrededor del hombre. La sala gritaba excitada, Gloria gritaba excitada, yo gritaba excitada, ese hombre prepotente y chulo obtenía su merecido. Bárbara tenía que destrozarlo, era lo que todas gritábamos excitadas. Ella aprovechó que tenía el tronco del hombre a su merced para empezar a lanzar tremendos puñetazos contra la faz de su contrincante. La sangre saltaba a cada puñetazo que la mujer lanzaba mientras el crujir de los huesos se mezclaba con los gritos de la sala.

Él no podía hacer nada para defenderse, sus brazos estaban prisioneros entre las enormes piernas de Bárbara, quén continuaba golpeando la cara del hombre con los puños y los codos mientras estrujaba el cuerpo entre sus piernas sin piedad. Al rato Bárbara se levantó, liberándolo de la agonía. Él se retorció en el suelo mientras Bárbara animaba al público mostrando su cuerpo. Él se arrastró lentamente hacía la esquina del ring mientras ella lo miraba dominante.

-¿Dónde vas nene?- Dijo al agarrarlo del tobillo y arrastrarlo hasta el centro del Ring. -No he acabado contigo. ¿Sigues vivo verdad?- tras esto último rió a carcajadas. Se movió a una de las esquinas e indicó con un movimiento a la presentadora que le diese algo. Mis ojos se abrieron como platos cuando vi el objeto que la presentadora entregaba a la amazona. Era una de esas pollas de goma o "dildos strap-on" que las mujeres se ponen para poder follar como hombres.

Era enorme, a proporción con la agigantada forma de aquella amazona mulata. Se colocó la prenda y Marco lloró, tembló y suplicó piedad cuando vió la enorme polla negra y afilada balancearse frente a su cara. Aquella polla era más gruesa que mi brazo y debía tener como mínimo 40 centímetros de longitud, la cabeza era exagerada y tenía una forma puntiaguda (sino sería imposible introducir aquel monstruo en ningún orificio).

Bárbara rió satisfecha cuando observó la expresión del macho, derrotado a sus pies. -Abre la boquita- ordenó mientras balanceaba la polla frente a los asustados ojos de Marco. -No, por favor... déjame ir... - Marco suplicaba entre llantos y temblores, la sangre de sus heridas serpenteaba sobre su castigada piel. Al no abrir la boca, ella azotó su cara usando la polla a modo de porra, debía ser dura pensé al oir el ruido, y ver la cabeza del hombre agitarse de un lado a otro debido a los azotes.

-Te la voy a meter por el culo ¿sabes? y la única lubricación que tendrá será tu saliba, así que, por tu bien, chupa. No te lo diré de nuevo, hombrecillo patético- Marco lloraba desconsolado mientras la enorme goma se balanceaba frente a su boca, así que abrió la boca todo lo que pudo, pero podía verse claramente como la cabeza de aquella polla era demasiado grande, no cabía pensé.

Lo agarró del pelo con una mano mientras que con la otra colocaba la punta de su nueva polla entre los labios del asustado hombre, luego, lentamente empezó a empujar, introduciendo la polla en la boca del italiano hasta que no pudo meterla más, ya que el diámetro superaba la apertura de la boca, entonces agarró bien la cabeza de su presa y con un fuerte empujón introdujo la cabeza de la polla en la boca del luchador. Pudo oirse en toda la sala el ruido de la mandíbula al romperse.

Los gritos de Marco se habían convertido en un murmullo, Las mujeres gritaban y insultaban al luchador. Bárbara disfrutaba mirando fijamente a los ojos de su "juguete", podía verse el terror reflejado en esos ojos y cuánto más terror veía Bárbara en los ojos de su presa, más satisfacción parecía obtener. Continuó empujando y hundiendo su falso-falo en la boca del chico mientras gemía de placer. -Así nene, muy bien ¿Te gusta eh?-. Así pasaron varios minutos, Bárbara los disfrutó hundiendo su polla en aquella destrozada boca, sus acometidas continuaban produciendo el crujir de huesos. Sacó la polla antes de que Marco perdiera el conocimiento.

Los dientes habían desaparecido de aquella boca ensangrentada, la negra goma de la polla ahora estaba teñida de rojo sangre. Bárbara cogió el cuerpo de su víctima y lo apoyó en las cuerdas del Ring, usó sus rodillas para separar las piernas del hombrecillo y colocó la afilada punta de la polla en el ano del italiano. Marco lloraba desconsolado y Barbara disfrutaba tanto o más que nosotras.

Sin contemplaciones agarró de la cintura al italiano y empujó con fuerza y decisión, los chillidos de dolor inundaron la sala y se mezclaron con el horrible sonido de la carne al ser desgarrada. Mi excitación era máxima, quería tocarme y correrme, ese espectáculo al que me había traído Gloria me estaba volviendo loca. Bárbara estaba violando salvajemente a aquel hombre,  bombeaba con fuerza, introduciendo cada vez más profundo aquel dildo de tamaños titánicos en el pequeño (en comparación) cuerpo del italiano.

Me sentía muy excitada y no podía dejar de mirar el espectáculo. Marco luchaba inútilmente intentando evitar que la polla se hundiera más y más profundamente en su trasero, mientras, Ella disfrutaba y empujaba con fuerza y agresividad, el cuerpo del chico temblaba y se retorcía bajo la influencia del dolor. Al rato, La amazona abrazó el tronco del hombre con sus brazos, inmovilizando también los brazos y lo levantó a la vez que lo aplastaba contra su cuerpo, todo ello sin sacar la enorme polla del culo del macho. Luego empezó a andar mientras seguía empalando bruscamente al hombre que colgaba indefenso entre sus brazos.

La sala ardía y las mujeres se tocaban, pude ver como varias mujeres se estaban masturbando sin pudor a causa de la tremenda excitación, me giré para indicar tal echo a Gloria cuando me sorprendí al comprobar que ella también ese estaba masturbando con el espectáculo. Ese detalle me empujó a soltar mi líbido y unirme a la fiesta, mis dedos empezaron a jugar con mi clítoris mientras observaba como Bárbara lanzaba el cuerpo del hombre al suelo y se deshacía de la monstruosa polla.

-Ahora te voy a usar para darme placer-. Tras estas últimas palabras, se sentó sobre su cara, lo agarró del pelo y colocó su coño, enorme, palpitante y dilatado en la destrozada cara del macho.

-Saca la lengua- ordenó Bárbara. -Bien nene, ahora déjala así- y hundió la cabeza del muchacho entre sus piernas, podía verse como los labios de la amazona se dilataban y como la cara del italiano se hundía dentro de la mujer. Entonces empezó a moverse como si estuviera follándoselo, su cintura se movía frenética mientras con sus manos mantenía la cabeza de "su nuevo consolador" dónde ella quería. Marco volvía a estar indefenso, ya que las piernas de Bárbara aplastaban sus brazos contra el suelo del Ring, impidiendo así que los pudiera mover.

Él no podía hacer nada, sólo chupar y lamer mientras Bárbara hundía su cara cada vez más hondo entre sus piernas. La amazona jadeaba de placer y con ella el resto de mujeres presentes en la sala. Los huesos de Marco seguían crujiendo al ser aplastado por los más de 150 kilos de la luchadora. Pude notar como los orgasmos recorrían la sala, incluso yo deseaba correrme de placer ante tanta demostración de dominio. Ojalá aquel hombre fuera Martín.

Bárbara gritó cuando los orgasmos recorrieron su cuerpo, sus músculos se tensaron y el ritmo de sus movimientos se aceleró al máximo, destrozando a Marco entre las sacudidas que los orgasmos le producían. Así estuvo un par de minutos, en los que Bárbara tuvo como mínimo 5 orgasmos, tremendos e increíbles que destrozaban el cuerpo del hombre situado entre sus piernas. Luego se levantó, agarró al hombre entre sus brazos y lo aplastó, el tronco del hombre empezó a colapsarse mientras él luchaba con las pocas fuerzas que le quedaban por escapar.

Los músculos de los brazos de Bárbara empezaron a crecer y a endurecerse mientras estrujaban el blando cuerpo del hombre contra su musculado tronco. Los huesos empezaron a crujir y la parte superior del hombre empezó a deformarse bajo la increíble presión. Lla sangre brotó por sus orificios,  ella lo movió y continuó destrozando el resto de los huesos de Marco, era increíble ver como los huesos se retorcían y la carne se abría bajo el poder de aquella mujer, estaba destrozando ese cuerpo, pulverizando sus huesos y agrietando su piel.

Cuando acabó de retorcer el cuerpo del aspirante, volvió a levantarlo sobre su cabeza, mostrándolo al público, demostrando su poder, todas podíamos ver el estado en el que había quedado el hombre. Retorcido, su cara había perdido su forma, su cuerpo había perdido su forma, las extremidades se retorcían en posturas imposibles mientras la sangre brotaba de sus heridas. -¿Quién lo quiere?- preguntó al tendido mientras lo sujetaba en alto. Las mujeres empezaron agritar -¡YO!- -¡AQUI!-.

Bárbara fijo su destino y lanzó el cuerpo del chico sobre una mesa. Marco aterrizó sobre la mesa y rebotó, cayendo al suelo. Una de las mujeres de la mesa, se sentó rápidamente sobre la cara del aspirante con las piernas abiertas y empezó a follarse su cara entre gritos de placer. En ese momento me corrí.

Continuará...