miércoles, 4 de marzo de 2009

Se alquila habitación 1 (El regalo)

Se alquila habitación - El regalo
by WomnTop, womntop@gmail.com
Un joven es engañado y dominado al alquilar una habitación en un piso compartido por 2 poderosas mujeres.

Todo empezó el último año de carrera, tuvimos que realizar prácticas en empresas extranjeras para finalizar así nuestra formación. Manuel tuvo la suerte de encontrar prácticas en una empresa inglesa cerca de Manchester.

Manuel siempre ha sido algo despistado y dejado, al parecer, cuando llegó a Manchester no tenía dónde alojarse, así que tuvo que buscar una habitación el mismo día que llegó y la fortuna le sonrió de nuevo, ya que encontró una habitación en una casa a las afueras de la ciudad. Era una casa tranquila, bonita y apartada en la que vivían 2 jóvenes inglesas, aunque sólo una de ellas se encontraba en casa durante la entrevista con Manuel.

Ella era alta, rubia, de ojos y piel claros, una cara preciosa, angelical y un cuerpo de infarto, debería rondar los 30 años. Le preguntó de dónde era, cuanto tiempo iba a quedarse si estaba sólo o con compañeros, etc. Manuel tenía que concentrarse para mirar a esa mujer a los ojos ya que era desafiado por un sugerente escote y unos pechos perfectos. No pudo creer su suerte cuando le informaron que efectivamente podría alquilar la habitación y vivir con semejante espécimen de hembra, lo ponía a mil y tal vez podría follársela, a ella o a la compañera de piso que todavía no conocía pero sí sólo tenía una cuarta parte de la belleza de Kate (que así se llamaba la estudiante rubia) ya tendría suficiente.

Manuel se instaló rápidamente mientras Kate le indicaba algunas normas de convivencia y funcionamientos de puertas, luces persianas, etc. Finalmente le informó acerca de Karen, nombre de la otra compañera de piso, la cual volvería mañana del entierro de un pariente lejano. - Cuando ella venga intenta ser agradable, ya que ella desconoce que he alquilado la habitación y será una sorpresa para ella - comentó Kate a Manuel con seguridad. - Está pasando un mal momento y creo que este cambio le gustará, - agregó Kate.

Kate continuó hablando - Karen es mi novia, nosotras vivimos juntas y tú serás la primera persona con la que compartamos piso.-. Los sueños de Manuel se desmonoraron, eran lesbianas y eso cerraba las puertas a su imaginación. Kate comprobó como la expresión del chico se oscurecía a causa de la noticia. -Somos una pareja liberal y nunca he probado un macho ibérico- agregó Kate mientras se mordía con deseo el labio inferior, tras esto cerró la puerta de la habitación. Manuel se durmió soñando un "menage a trois" con las dos lesbianas, haciéndolas gemir de placer bajo su poder sexual.

Despertó sobresaltado, unos tremendos y acompasados golpes sonaban en la pared seguidos de gimoteos y gritos de placer, reconocía en ellos la voz de Kate, jadeando y gozando, gritando "SI", "MÁS", "NO PARES", "ASÍ ASI, COMO ME GUSTA", "Ohh!", los gritos de placer y golpes de la cama desvelaron a Manuel del todo, su polla se puso firmes y dura al imaginarse a las dos mujeres dándose placer en la habitación contigua, sus cuerpos entrelazados con la piel brillante a causa del sudor. Manuel no necesitó más para excitarse. Los gritos y gemidos de placer continuaban sin cesar, pasaron así largos momentos en los que Manuel se imaginaba lo ocurrido en la habitación contigua hasta que eyaculó sin control, durmió de nuevo por el cansancio mientras los sonidos acompasados y gemidos de placer continuaban sin fin.

Al despertar reinaba el silencio y él tenía unas ganas tremendas de ir a mear, así que se levantó se puso la bata, las zapatillas y abrió la puerta con cuidado para no hacer ruido, pensó y recordó la ubicación del water, tenía que cruzar el pasillo y lo encontraría a la derecha, casi tuvo que correr para llegar a tiempo pero llegó y descargó lo que le parecieron varios litros de orina, satisfecha se dirigió de nuevo a su habitación.

La puerta contigua estaba abierta y no pudo evitar mirar su interior al pasar por delante. Tumbadas en la cama y totalmente desnudas estaban las dos mujeres, Kate se encontraba todavía más bella, tenía un cuerpo sexy y sensual, repleto de curvas imposibles, sin celulítis ni grasa, el culito tonificado y potente, los pechos jugosos y redondos, los brazos sobre su cabeza, inmovilizados con esposas en la cabecera de la cama.

Este último detalle casi pasó inadvertido por Manuel que tuvo que volver a mirar para darse cuenta que, efectivamente, Kate estaba atada a la cama, esa situación lo excitó muchísimo, tenía a pocos metros a la mujer más bella que jamás hubiera visto, desnuda y atada. Entre ellos, Karen.

Karen era una mujer de raza negra, con una gran potencia física de cuerpo curvilíneo y musculatura de hierro. Manuel supo con sólo verla que Karen era mucho más fuerte de lo que él pudiera imaginar nunca, tenía unos muslos prietos, un culo redondo y musculoso, una espalda bien desarrollada, brazos torneados, labios carnosos y pelo corto en un cuerpo grande y potente, distintos tatuajes de dominación y poder femenino cubrían su dura piel. De su cuello colgaba una cadena con las llaves de las esposas que tenían inmovilizada a Kate. Karen era una mujer muy especial.

Manuel estaba de nuevo a tono, su polla palpitaba dolorosamente entre sus piernas, no podía controlar su excitación ante semejantes ejemplos de mujer, disfrutaba mientras observaba esos cuerpos de ébano y marfil, lujuriosos y excitantes, gozó hasta descubrir la penetrante mirada de Karen fija en él, escondió su erección y rojo de vergüenza se metió en su habitación. -Hay alguien en casa- oyó gritar en la habitación contigua. -No, tranquila es... es tu regalo.- respondió Kate claramente nerviosa -desátame y... y te presento, es para tí.- Para Manuel el tiempo se había detenido, "¿regalo?" que significaba todo eso. Estas fueron las últimas palabras que oyó Manuel antes de que su puerta se abriera y entrase Karen.

Karen era mucha mujer, Manuel la observó impotente, incapaz si quiera de tragar saliba ante la intimidante presencia de aquel cuerpo de ébano, Manuel nunca fué alto ni musculado y Karen si lo era, la diferencia física entre ambos seres era notable ya que Karen le sacaba más de una cabeza y tenía un cuerpo macizo, grande, lujurioso y poderoso, los muslos de ella eran como el cuerpo de él, unos enormes pechos, claramente operados, desafiaban las leyes de la gravedad, parecían dos misiles preparados para ser lanzados, con dos pezones grandes, duros y afilados, en el cuerpo de aquella negra no había indicios de grasa, sólo rocosas masas de increíbles músculos. Manuel todavía podía escuchar los sollozos y súplicas de Kate que repetían una y otra vez lo mismo "desátame".

Antes de poder reaccionar, Karen agarró firmemente a Manuel del cuello con una poderosa mano, con la que lo levantó del suelo y zarandeó igual que un muñeco de trapo, casi no podía respirar. No pudo hacer nada para evitarlo, en pocos segundos y con una sola mano había sido controlado y anulado por una mujer que sonreía satisfecha mientras lo llevaba a la habitación contigua. -¿Que significa esto?- preguntó a Kate con ironía mientras mantenía a Manuel inmovilizado por el cuello. -Es un regalo para tí cariño- respondió angustiada desde la cama. -Desátame y...- Karen no dejó que finalizara la frase -¿para que lo quiero, es débil y patético?- Manuel se notaba al borde de la inconsciencia, la mano de Karen parecía una tenaza de acero cerrada en su cuello que no permitía el paso del oxígeno, su cara estaba roja y sus manos luchaban por liberar la presión a la que era sometido por la increíble negra.

-¿No será para tí? ¿no tienes suficiente conmigo?- gritó Karen mientras lanzaba cruelmente a Manuel contra una pared, haciéndolo rebotar y caer de bruces al suelo. -¡No me gustan los hombres, ya lo sabes, los odio!- agregó Karen ciega de rabia y Kate se rió, rió a carcajadas mientras observaba a su pareja. -No lo entiendes amor, es un macho ibérico, todo para tí. Nadie sabe que está aquí, nadie lo conoce y nadie lo echará en falta, puedes hacer lo que quieras con él, lo que quieras.- agregó Kate finalmente mientras sus ojos brillaban de excitación. -No es sólo un hombre, es tu hombre, tu posesión, tu esclavo. Siempre has deseado someter a los hombre y aquí tienes un macho ibérico todo para tí, haz lo que quieras con él amor-.

Los ojos de Karen se iluminaron y en su boca se dibujó una sonrisa, ahora, la mujer miraba a Manuel con gran deseo, sus ojos brillaban de excitación. Karen desató a Kate -Gracias- le dijo antes de besarla con gran pasión -me encanta tú regalo- agregó mientras sus cuerpos se fundían en un abrazo interminable. Manuel, inmóvil y asustado vió como las dos mujeres se tocaban mientras él miraba atónito la escena. Kate no podía evitar gritar de placer, Karen la sujetaba con su poderoso físico, volteándola en el aire mientras con sus manos y su lengua recorría la blanca piel de la increíble rubia, sus dedos desaparecían adentrándose en la jugosa carne de Kate, ella gritaba de placer y gemía de excitación mientras se corría salvajemente una y otra vez bajo el control de su poderosa pareja.

Para Manuel el tiempo parecía no avanzar mientras las dos mujeres gozaban de placer frente a él. Su polla latía por la excitación generada, Kate chilllaba y se retorcía en las manos de la potente negra, quién introducía su larga lengua en su húmedo coño. Manuel vivía la escena con una tremenda excitación, quería sumarse a ellas e introducir su dura polla en sus carnes pero el miedo lo mantenía congelado. Kate se corría repetidamente mientras gemía de placer hasta límites insospechados. Karen sabía darle a Kate lo que más anhelaba, la llevó al éxtasis y siguió hasta que Kate se desmayó sobre la cama entre gemidos de placer.

Manuel pudo observar claramente como Karen gemía y se corría tras haber llevado a su novia hasta el límite, él también se corrió, ahora los fogosos ojos de la mujer miraban el cuerpo brillante y desnudo que se agitaba sobre la cama, abrió un cajón y sacó un trozo de goma con correas de cuero que se ajustó a sus caderas, creando así una enorme polla de color negro. Manuel no pudo evitar sentirse muy pequeño e indefenso al compararse con aquella mujer grande, poderosa, fuerte y agresiva, armada ahora con una enorme y potente polla de dura goma negra de unos 30 centímetros.

Los gritos de Kate desgarraron el silencio cuando su novia empezó a hundir su enorme polla por su hermoso y prieto culo. Manuel casi no podía aguantar su excitación, su mirada estaba fija en las dos mujeres que chillaban, gemían y gozaban como nunca antes había visto gozar a nadie. Su mirada se cruzó con la de Karen, quién lo miraba fijamente mientras taladraba poderosamente a la chica de marfil. -¿¡QUÉ MIRAS!?- Los latidos de Manuel se aceleraron, notó como el corazón quería salir por la boca. Karen lo miraba con odio en los ojos mientras llevaba a su pareja hacia los orgasmos más increíbles.

-Na.. nada- consigió decir Manuel mientras notaba la humedad entre sus piernas, se había corrido de nuevo, la excitación era demasiado para él. Kate se retorcía y gemía de placer bajo el control de esa diosa de ébano y Karen no paró hasta que ambas gritaron y se corrieron llevadas al éxtasis. Él no pudo desviar la mirada en ningún momento.

Los pasos de Karen la acercaron al muchacho, quién, temblando de miedo, vió como la oscuridad lo acechaba. Kate seguía gimiendo de placer en la cama medio inconsciente a causa de las tremendas sensaciones que todavía recorrían su ser.

-Esto será lo más cerca que estarás nunca de ella- dijo Karen mientras balanceaba su polla frente a la cara de Manuel. -Chupa sus jugos, siente su aroma-. Ordenó secamente mientras acercaba su cuerpo, balanceando los húmedos 30 centímetros frente su boca. -No, por... favor, me iré y no diré nada, déjame ir.- Las lágrimas recorrían sus mejillas mientras el miedo a esa increíble mujer impedía que se moviera. -No te he dado permiso para hablar asqueroso eunuco- gritó Karen antes de azotar la cara de Manuel con su enorme y siempre dura polla. -Habla sólo cuando te pregunte- dijo antes de azotar de nuevo su cara con su húmedo miembro -Y agrega siempre: mi ama ¿de acuerdo?- preguntó mientras castigaba la cara de Manuel con la enorme polla negra. -S... si mi am...ma- consiguió balbucear Manuel entre llantos y lágrimas.

Karen siguió golpeando la cara de su esclavo con potentes azotes de su falsa y dura polla mientras Kate seguía gimiendo a causa de las olas de placer que todavía recorrían su cuerpo. Manuel ya no se protegía la cara con las manos ya que, protegerse la cara causaba que Karen le pateara las pelotas, así que, prefirió ser humillantemente azotado en la cara que pateado entre las piernas. Karen lo castigó hasta que la sangre brotó de una herida, Manuel notaba como la poderosa mujer gozaba y disfrutaba de la situación, aquella mujer se excitaba humillándolo y golpeándolo, dominándolo, y él no podría hacer nada, todavía no lo había intentado pero estaba congelado y dominado por Karen. Ella lo miraba desde la superioridad, con los brazos en jarras con los puños en la cadera mientras balanceaba su falo frente la boca de Manuel, con su mirada ardiente y su sonrisa perversa.

-Chupa ahora- indicó ella segura. Manuél no lo dudó y abrió la boca todo lo que pudo, inclinándose lo suficiente para notar como el duro y húmedo plástico se deslizaba por su boca, tragó y chupó con determinación pero más de la mitad de la chorreante polla seguía intacta entre los dos cuerpos. -Trágatela toda- agregó Karen mientras Manuel evitaba las arcadas y así lo hizo, tragó y tragó hasta que no pudo más, gran parte del negro falo seguía fuera y él no podía tragar más, no podía respirar y la garganta le dolía. Karen lo agarró fuertemente de su cabeza y con un golpe seco y agresivo, introdujo totalmente su herramienta en su regalo, Manuél gritó y chilló al notar como su garganta era desgarrada y su traquea violada y ocupada por plástico negro y duro como una piedra, intentó liberarse y respirar pero él no podía hacer nada contra la fuerza y el poder de Karen, quien lo tenía agarrado por la cabeza y hundía su dildo fuertemente con violentos espasmos. Manuel lloraba y gritaba clemencia pero todos los sonidos eran ahogados por esa polla que serpenteaba agresivamente en su traquea. Lo último que recordó fueron las carcajadas y gemidos de placer que su depredadora emitía mientras apuñalaba una y otra vez su dolorida garganta. Finalmente perdió el conocimiento a causa del dolor y la asfixia mientras ella gozaba de un poderoso orgasmo.

Karen descubrió un placer que jamás había sentido, someter a ese hombre la excitaba hasta límites insospechados, no podía dejar de correrse de placer mientras abusaba de su regalo inconsciente, descubrió que era mucho más fuerte y podía hacer con ese hombrecito lo que quisiera y Kate también gozaba del espectáculo.

Despertó desnudo, en medio de una sala vacía y gritó auxilio pero sólo encontró silencio. Un ardiente dolor brotó de su garganta al intentar hablar, Karen le había destrozado la garganta y debía tenerla irritada e inutilizada. Lloró como un niño mientras seguía gritando el silencio hasta que la puerta se abrió y apareció Kate. Vestía tacones y una bata semitransparente que la hacía lucir preciosa. Manuel se arrodilló y juntó las manos en señal de clemencia, sus lágrimas recorrian sus mejillas mientras su boca se abría al intentar, sin éxito, articular sonidos. Kate sonrió perversa al disfrutar del espectáculo de ver al hombre arrodillado a sus pies pidiendo clemencia mientras sus lágrimas creaban ríos de desesperación.

Gozó de esa sensación de poder, le gustó y alargó el momento todo lo que pudo mientras su coño se humedecía y sus pezones se endurecían. Claramente, la situación la excitaba. -Si cumples mis deseos, te suelto ¿ok?- Él aceptó el trato indicando que sí con la cabeza, una luz se iluminó en su horizonte y lloró feliz por poder salir de aquella pesadilla. En ese momento apareció en la sala Karen, desnuda sobre unos zapatos de tacón alto que la hacían todavía más inmensa. Se detuvo al llegar junto a Kate.

Manuel, tembló de terror al ver ese increíble y poderoso cuerpo de nuevo frente a él. -Pelea con Karen, si consigues someterla podrás irte-. Tras decir esto, Kate lamió con la punta de la lengua el pezón de su compañera hasta dejarlo bien grande y duro. Karen no pudo evitar soltar una exclamación de placer. Kate se separó contenta al comprobar lo caliente que ponía a su novia. -El tiempo empieza ¡ya!- indicó Kate de forma explosiva.

Karen hizo señas a Manuel para que empezara él, Manuel lo dudó un momento pero al ver que ella no se movía, atacó lanzando varios ganchos al abdomen, costillas y riñones de la mujer, golpeó hasta cansarse y al levantar la vista la vió sonreir, notó su creciente excitación. -Ahora yo- susurró ella y casi de inmediato empezó a lanzar demoledores ganchos al abdomen y riñones de su contrincante. Manuel podía notar las risas y gemidos de placer que Karen emitía mientras lo golpeaba con brutalidad, finalmente cayó doblado al suelo protegiéndose el estómago con los brazos.

La poderosa negra saltó sobre él como una gata, lo puso panza arriba y le inmovilizó los brazos sujetándolos por encima de su cabeza, también inmovilizó las piernas de Manuel, entrelazando las suyas con fuerza, apretó bien los brazos forzando que la cabeza del hombre acabará entre sus enormes tetas, asfixiándolo y presionando con fuerza su cuerpo contra el suyo, tensando los músculos poderosamente, aplastando a Manuel bajo su desproporcionado poder, haciendo crujir huesos y articulaciones hasta llegar el éxtasis, corriéndose salvajemente sobre su regalo mientras los espasmos de placer la hacen apretar más y más fuerte.

Tras el último orgasmo, Karen relaja su presión y se fija en el hombre entre sus pechos, rojo, asfixiado y tratando de respirar, se sienta sobre su pecho, inmovilizando los brazos de él con sus piernas, presionando fuerte contra su cuerpo, excitándose más con su dominio, disfrutando al ver ese hombre entre sus piernas tan patético, tan asustado, Karen decide esperar a que se recupere antes de continuar, está disfrutando y no tiene prisa en acabar. Kate también está en la sala, gozando con el espectáculo, masturbándose en la oscuridad, ambas disfrutan de Manuel. Karen decide demostrar su fuerza flexionando potentemente sus piernas, estrujando el torso y los brazos del "sexo fuerte" entre sus tonificados múslos, creando en Manuel una increíble agonía y temor.

Cuando Manuel recupera el aliento, ella se sienta rápidamente sobre su cara, hundiendo la faz del regalo entre sus enormes nalgas, introduciendo su nariz profundamente en el coño mientras coloca experta su ano ante su asustada boca. -Usa tu lengua mamarracho- ordena ella con autoridad y él cumple rápidamente con su objetivo, surcando el ano con la lengua, creando remolinos de placer y llevando a Karen a las estrellas. Ella goza y se corre de nuevo sobre la cara de Manuel, aplastando su cabeza bajo potentes espasmos y antes de que acabe inconsciente se retira dejándole espacio para respirar, aprovecha para darse la vuelta y sentarse de nuevo sobre el pecho del chico, quedando ella de cara a sus pies y lentamente, balanceándose poco a poco vuelva a acercar su ano a la cara de su regalo, esta vez hunde su nariz en el ano mientras le obliga a chuparle el enorme coño.

Ambas mujeres gozan del espectáculo y Manuel puede oir claramente sus gemidos y grititos de placer mientras las manos de Karen se deslizan poco a poco por su piel, descendiendo por el pecho, barriga y púvis, deteniéndose el tomar contacto con su polla, que no necesita más de 3 sacudidas para erguirse orgullosa frente a Karen, quien sigue usando la cara de Manuel para obtener placer, totalmente prisionera entre sus nalgas, prieta contra su sexo mientras golpea y retuerce con rabia el erecto instrumento de Manuel, causando gran dolor, él sigue gritando cuando su boca se llena de fluidos que le impiden respirar, ella se está corriendo de nuevo en su boca, aplastándolo con fuerza entre sus músculos al compás de sus orgasmos. El último orgasmo es demoledor, ambas chicas gritan al unísono llenando la habitación de jadeos y suspiros.

-Te quedas aquí- dijo Kate antes de que las dos abandonaran la habitación y cerraran la puerta con llave. -Me encanta tu regalo- pudo oír antes de dormirse agotado entre pinchazos de dolor.

continuará...

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